En el sur de la región de
Frisia Oriental nos da la bienvenida una ciudad llena de encanto, capital del
distrito rural homónimo: Leer. Bien comunicada, tanto por tren como por
autovía, con ciudades como Oldenburgo o Bremen en Alemania, y Groninga en Holanda.
Existen referencias escritas
sobre Leer desde hace más de mil años, y desde 1823 ostenta el título de ciudad.
Ronda los 35.000 habitantes y su centro histórico ofrece la gratificante
experiencia de poder ser abarcado paseando. Posee una arquitectura
exquisita, a escala humana, llena de detalles para miradas curiosas.
La actividad comercial que
se desarrolla en el centro histórico es ya de por sí un atractivo por la cuidada ambientación de los locales: Librerías,
atelieres, tiendas de decoración, tiendas de ropa y complementos, cafeterías, restaurantes… Tan pronto te sale al encuentro una sombrerería antigua, como una
librería de viejo o una tienda de artesanía navideña.
Inolvidables el entorno del
Ayuntamiento (edificio reproducido a nivel internacional en modelismo ferroviario), calles peatonales como la Mühlenstrasse y la Brunnenstrasse (con el
Museo de Té “Bünting” en el número 33), y el paseo Wilhelm-Klopp-Promenade, a
orillas del Leda (afluente del río Ems).
La visita a Leer no es completa
si no te has tomado un té a la usanza frisia en el “Teestube am Hafen”
(Rathausstrasse 4a) mientras contemplas los barcos del Puerto; o un café en la
terraza del “Schöne Aussichten” (Ledastrasse 4), con vistas al río y a un paso
de la oficina de turismo (Ledastrasse 10).
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