lunes, 1 de mayo de 2017

KLOSTER IHLOW, REMANSO DE PAZ

Kloster Ihlow (“Monasterio de Ihlow”) es un sitio arqueológico enclavado en la mayor zona boscosa de Frisia Oriental, en el distrito rural de Aurich. Mantiene vivo el recuerdo de la vida monástica que durante la Edad Media, y hasta la llegada de la reforma protestante, fue especialmente floreciente en la región. La Abadía Cisterciense de Ihlow, cuyo nombre latino era Monasterium Sanctae Mariae in Schola Dei, fue uno de los centros católicos de mayor relevancia no sólo por cuestión religiosa, sino también cultural: la legendaria “libertad frisia” tuvo en Ihlow un ejemplo notable de autogestión social y política.

Sitio arqueológico de Kloster Ihlow
El monasterio fue fundado en 1228 y se mantuvo pujante durante trescientos años, hasta su suspensión por la implantación de la Reforma (más calvinista que luterana en esta zona del Mar del Norte). Sólo en Frisia Oriental, con una extensión de poco más de 3000 km2 (algo menor que la isla de Mallorca), llegaron a coexistir una treintena de monasterios durante la Baja Edad Media. Lamentablemente, el tradicional y milenario sistema constructivo del ladrillo cocido, tan habitual en estas tierras, facilitó que el monasterio, una vez perdido su uso, fuera desmontado en su totalidad. La Antigua Cancillería (“Alte Kanzeit”) de Aurich fue levantada reaprovechando material constructivo del monasterio.

Como lugar de visita, Kloster Ihlow, situado a unos pocos kilómetros al oeste del pueblo de Ihlow, ofrece diversos atractivos: senderismo, arqueología, historia, espiritualidad... Inmerso en el bosque (Ihlower Wald), su ubicación es idílica. El acceso habitual se realiza por un camino de un kilómetro de distancia que conduce desde el aparcamiento hasta los restos del monasterio. A medida que uno se acerca al sitio arqueológico se vislumbra la silueta de lo que fue la Iglesia a través de una reconstrucción en hierro de su perfil.

Camino de acceso al monasterio
La propuesta de recuperación de la memoria del monasterio, incluye un centro de interpretación y un oratorio bajo lo que fuera el ábside de la iglesia. Las bases de las columnas del templo han sido reconstruidas incluyendo cada una piedra de cada monasterio de la región (todos fueron desmantelados). Existe un servicio de cafetería cuya terraza, si el tiempo lo permite, invita a disfrutar de la calma que reina en el lugar. También cuentan las instalaciones con una tienda, un jardín y un “Skriptorium” que realiza actividades relacionadas con la vida que llevaban los monjes.
 
Terraza del "Kloster-Café"

Entre los objetos que se han hallado en el área del monasterio destacan pequeñas figuras protectoras de San Cristóbal y Santa Margarita de Antioquía, así como baldosas que suponen un testimonio valiosísimo de pavimento medieval empleado por la Orden del Císter en el norte de Alemania. Si se quiere seguir la pista de obras de arte vinculadas con el monasterio, no puede faltar una visita a la iglesia de San Lamberto (“Lambertikirche”) en Aurich, que conserva el magnífico retablo flamenco que perteneció a la iglesia abacial.

Retablo del Monasterio de Ihlow en la Iglesia de San Lamberto (Aurich)
Página web del parque-monasterio, con información en alemán:
http://www.kloster-ihlow.de/
Reconstrucción de elementos de la iglesia abacial
 

viernes, 17 de marzo de 2017

GREETSIEL, JOYA DE LA BAHÍA DE LEYBUCHT


Puerto de Greetsiel
Greetsiel es un pueblo de la costa de Frisia Oriental, perteneciente al municipio de Krummhörn (distrito rural de Aurich) y situado en la bahía de Leybucht. Se trata de uno de los enclaves más pintorescos de la región. La historia y memoria marinera salpica sus calles, comercios y senderos. Atravesar el  centro del pueblo callejeando entre los molinos gemelos (rojo y verde) y el puerto, con sus barcos de pesca de arrastre de cangrejos, es adentrarse en un itinerario cuasi cinematográfico. Un paseo en barca por sus canales es otra buena alternativa para disfrutar de su aire rural.

Molinos gemelos de Greetsiel
El pequeño enclave (con poco turismo internacional) tiene un encanto especial al conjugar, con la sabiduría que dan los siglos, las labores propias de la tierra y de la mar. Los lugareños saben trabajar y saben esperar, y valoran su entorno hasta el punto de manifestarse cuando surgen planes excesivos relacionados con el turismo en su localidad. Visitantes, especialmente  de Alemania y Holanda, no faltan; y entre los motivos más fotografiados figuran, además de los molinos mencionados, la fila de casas frente al puerto en Silstrasse, donde destacan algunas viviendas coronadas con remates acampanados de inspiración holandesa.
Haus von Halem

También merecen ser destacados otros inmuebles: la iglesia reformada (calvinista), iniciada en el siglo XV; el Hotel Garni Schatthaus (www.schatthaus.com/?gclid=CPuftbyS3tICFa4y0wod5f8OLQ) en Schatthauser Weg 2, por su conexión con el pasado al ser en origen la granja del desaparecido Castillo de la familia Cirksena (linaje que detentó el poder en Frisia Otriental antes de la configuración del reino de Prusia); o la Haus von Halem, en Mühlenstrasse, ejemplo sobresaliente de la arquitectura residencial neoclásica de Frisia Oriental.

Los golosos no se deben marchar de Greetsiel sin saborear un gofre con nata y cerezas en el "Eis Café Am Hafen" (¡atención también a la casa y al mobiliario!), en Sielstrasse 17. Si tenemos en cuenta la naturaleza que lo rodea, Greetsiel suma todavía más motivos para ser visitado por el hecho de poseer la reserva natural de Leyhörn (paraíso para las aves por sus marismas y prados) y estar dentro del área del Parque Nacional "Wattenmeer" (www.nationalpark-wattenmeer.de/, declarado patrimonio mundial por la UNESCO).


Decoración con flores en época estival

Casco histórico se Greetsiel

Paisaje invernal

Puerto de Greetsiel
 



 

domingo, 5 de marzo de 2017

WEENER, LA PEQUEÑA CIUDAD MILENARIA DEL EMS

Weener (también conocida como Weener-Ems) es una pequeña ciudad, con historia milenaria, del sur de Frisia Oriental. Es la cabeza de la comarca del Rheiderland, ubicada entre el río Ems y la frontera con los Países Bajos. En el pasado llegó a ser capital de distrito, pero hoy en día pertenece al distrito rural de Leer.
Weener: Puerto Viejo
Un buen punto de partida para realizar una visita al casco histórico es situarse en uno de los lugares emblemáticos de la ciudad: el “Kaakebogen”, que significa literalmente “arco de la iglesia” en idioma bajo sajón.­ Es uno de los accesos a la plaza que rodea la Iglesia más antigua de la ciudad.
El “Kaakebogem” se haya frente a la encrucijada central de la que parten cuatro calles cuyos nombres se corresponden con los puntos cardinales: “Norderstrasse”, “Südstrasse”, “Osterstrasse” y “Westerstarrse”. Situados en esta privilegiada esquina podemos observar, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, el campanario exento de la “Georgskirche” (Iglesia de San Jorge), el Ayuntamiento, el Hotel “Am Rathaus” (http://am-rathaus-weener.de/) y los bellos inmuebles que enmarcan el arco.
Una de las rutas más recomendables, por historia y por estética, consiste en seguir la  “Norderstrasse” partiendo del número uno, en el mencionado cruce. Merecen ser destacados los siguientes elementos:
  • Café y bar de tapas español “Arco”, en el número 1 (https://www.facebook.com/ARCOWEENER/), ubicado en un inmueble de 1773 y que tiene la ventaja de ofrecer también alojamiento. Su oferta gastronómica incluye vinos exclusivamente españoles y ofrece música en vivo los fines de semana. La posibilidad de recibir atención e información en castellano es un atractivo en una zona en donde escasea la información turística o cultural en lengua española.
  • Kaakebogen (Weener)
    “Kaakebogen”. El arco de estilo rococó que enmarca uno de los accesos a la plaza de la histórica iglesia está construido con el material más habitual en la zona: el ladrillo cocido, aunque también posee algunos elementos en cantería. De estilo rococó, podemos reconocer dos cisnes pétreos rematando los flancos exteriores, aves habituales en la zona (desde tiempos inmemoriales los cisnes de Siberia pasan el invierno en estas tierras). Este detalle nos recuerda que estamos en una zona, la comarca del Rheiderland, que es un santuario natural para las aves migratorias, y en la misma ciudad de Weener existe una reserva natural: el “Püttenbollen”.
  • “Georgskirche”. Solo el nombre de la iglesia más antigua de la ciudad nos proyecta ya a la Edad Media, al estar dedicada a uno de los santos que mayor devoción despertó en la época: el caballero San Jorge. Como muchas iglesias de Frisia Oriental fue construida en el siglo XIII, con modificaciones posteriores que dan fe del devenir religioso acontecido en la zona (la mayor parte de iglesias medievales pasaron a ser calvinistas durante la reforma). Su pasado católico remoto aflora también en los vestigios de su estructura constructiva, destacando el luminoso ábside de influencia gótica identificable desde el exterior, si bien en el interior del templo está oculto tras el monumental órgano de Arp Schnitger del siglo XVIII.
Ábside de la Georgskirche
  • "Rathaus” (Ayuntamiento), en el parque que está al comienzo de la calle. En el interior de la casa señorial que acoge el consistorio de la ciudad, destaca  una sala utilizada para enlaces matrimoniales, cuyas paredes están cubiertas por pinturas al óleo que representan escenas campestres. Las pinturas fueron traídas desde otro inmueble, hoy desaparecido. El acceso ordinario al Ayuntamiento se localiza en un lateral del edificio, en la “Osterstrasse”, donde en primer término encontramos la oficina de información turística (https://www.weener.de/tourismus/touristinformation/).
  • “Fronehaus”, en el número 19. Es la casa más antigua conservada en Weener (año 1660). Posee una fachada renacentista, que fue retranqueada unos metros durante una de las reformas a la que fue sometida la vivienda en el siglo XX.
  • “Organeum”, en el número 18. Esta vistosa villa decimonónica de estilo neogótico es la sede del “Organeum”, museo y academia de órgano de Frisia Oriental. Además del inmueble en sí mismo, resulta de interés la colección de instrumentos de tecla que posee; así como las actividades musicales que organiza, que incluyen conciertos y excursiones para conocer los órganos históricos de la zona (a ambos lados de la frontera germano-holandesa).
    Organeum de Weener
  • Casa “Hesse”, en el número 56a.  Se trata de una casa donde se desarrolla actividad comercial relacionada con materiales de construcción (https://www.facebook.com/Hesse-Holz-Baustoffhandel-1664427993807134/) y que destaca por conjugar una fachada histórica de marcada influencia holandesa con un exquisito planteamiento de restauración del inmueble. Estos motivos justifican, sin duda, una visita al interior.
  • “Alte Hafen” (Puerto Viejo). Antes de que la “Norderstrasse” se prolongue con viviendas de corte más moderno (aunque mantienen la estética tradicional) nos sale al paso el espacio diáfano del antiguo Puerto de Weener, en un canal que conecta con el río Ems. Desde este pintoresco lugar zarpaban los barcos cargados con bloques de turba, que tan importantes fueron para la economía de la zona en siglos pasados.
Otros lugares de interés en Weener son el “Heimatmuseum”, en Neuestrasse 26 (https://www.weener.de/freizeit/heimatmuseum/), museo dedicado a las labores tradicionales de la comarca del Rheiderland; el puerto deportivo “Am Marina Park”, junto a un área de camping para caravanas; y el “Friesenbrücke” sobre el río Ems, el puente de hierro más largo de Alemania y actualmente seccionado por el impacto de un barco en el año 2015.
Weener: Am Marina Park
Weener, además, forma parte de la Ruta Internacional del Dollard (http://www.dollard-route.de/startseite.html), un privilegiado camino natural y etnográfico destinado a bicicletas que circunvala la bahía de Dollard (estuario del río Ems) recorriendo bellos paisajes de Alemania y Holanda. Por otra parte, entre sus citas festivas, la pequeña ciudad del Ems presume de tener la feria más antigua de la región: el “Michaelismarkt”, que se viene celebrando desde el año 1508. Tiene lugar a finales de septiembre y está dentro del circuito de fiestas de estética medieval que tanto gustan en la región.

viernes, 24 de febrero de 2017

DORNUM, UN PUEBLO PEQUEÑO CON PATRIMONIO GRANDE


Entrada al Castillo de Dornum
Cuando te adentras en Frisia Oriental te acostumbras poco a poco a la horizontalidad del paisaje, a las construcciones de ladrillo rojo y a la austeridad calvinista presente en la mayor parte de las iglesias (habitual parada para un viajero escrutador). Si ese es el punto de partida, el centro histórico del pueblo de Dornum (en el distrito rural de Aurich) sin duda deparará sorpresas.

Un itinerario básico, agradable paseo que se puede disfrutar en un par de horas, consiste en partir del ayuntamiento y dirigirse en dirección norte hacia el castillo. En medio, dos visitas imprescindibles: la Iglesia dedicada a San Bartolomé (Bartholomäuskirche); y la Sinagoga (la única que pervive en Frisia Oriental), ubicada en Kirchestrasse 6. 

Sinagoga de Dornum
Dornum es de las pocas localidades frisias en las que percibes que no todo es tan llano como parece, hay un cierto ascenso al acceder a la mencionada iglesia o al castillo. Por otra parte, el habitual ladrillo rojo de los exteriores deja paso al enfoscado blanco en el elegante ayuntamiento y en el recinto palaciego.

El pasado señorial del pueblo irrumpe con gran riqueza cromática en el interior de la iglesia luterana de San Bartolomé. Tras toscos muros medievales (con orígenes en el siglo XIII) el visitante se ve de pronto envuelto por la exuberancia barroca presente en sus destacadas obras de arte (retablo, techo, púlpito, órgano…).
Iglesia de San Bartolomé

Dornum en un pueblo del que disfrutar especialmente en verano, cuando el sol, la vegetación y las terrazas de alguna que otra cafetería o restaurante, regalan la oportunidad de hacer un alto en el camino. Buen momento para observar, para tomar algo, para conversar o para escuchar, al ritmo de un tempo “slow” que ya quisieran para sí muchas localidades.

Castillo de Dornum

martes, 21 de febrero de 2017

LEER, LA CIUDAD-PUERTA DE FRISIA ORIENTAL

En el sur de la región de Frisia Oriental nos da la bienvenida una ciudad llena de encanto, capital del distrito rural homónimo: Leer. Bien comunicada, tanto por tren como por autovía, con ciudades como Oldenburgo o Bremen en Alemania, y Groninga en Holanda.


Existen referencias escritas sobre Leer desde hace más de mil años, y desde 1823 ostenta el título de ciudad. Ronda los 35.000 habitantes y su centro histórico ofrece la gratificante experiencia de poder ser abarcado paseando. Posee una arquitectura exquisita, a escala humana, llena de detalles para miradas curiosas.

La actividad comercial que se desarrolla en el centro histórico es ya de por sí un atractivo por la cuidada ambientación de los locales: Librerías, atelieres, tiendas de decoración, tiendas de ropa y complementos, cafeterías, restaurantes… Tan pronto te sale al encuentro una sombrerería antigua, como una librería de viejo o una tienda de artesanía navideña.

Inolvidables el entorno del Ayuntamiento (edificio reproducido a nivel internacional en modelismo ferroviario), calles peatonales como la Mühlenstrasse y la Brunnenstrasse (con el Museo de Té “Bünting” en el número 33), y el paseo Wilhelm-Klopp-Promenade, a orillas del Leda (afluente del río Ems).
 
La visita a Leer no es completa si no te has tomado un té a la usanza frisia en el “Teestube am Hafen” (Rathausstrasse 4a) mientras contemplas los barcos del Puerto; o un café en la terraza del “Schöne Aussichten” (Ledastrasse 4), con vistas al río y a un paso de la oficina de turismo (Ledastrasse 10).